Del Amor que Redime

- Quisiera contestaros hermanos míos, pero ahora se me antoja bailar, porque hasta aquí han llegado con música y poesía pero ninguno ha llegado a vosotros como danzarín. Por eso os ruego que me disculpéis, pero mi alma, demasiado inquieta para sentarse en este momento, me lleva a las alturas donde el espíritu baila y solo la danza mantiene el equilibrio.

Oh hombres, ¿Nunca sentisteis el estremecimiento en vuestro pecho, y el deseo de cantar la canción del amor que redime? ¿No habéis todavía experimentado la liviandad de la pluma, en vuestros pies, ese torbellino que eleva por sobre las cumbres más frías congelando para vosotros las imágenes más escurridizas? Porque solo en esa altura se pueden espesar todas las cosas que se escapan a las torpes garras de los depredadores.

¿No habéis recibido todavía en vuestro rostro la imagen de aquel a quien aspiráis? ¿Podéis sentir esto ahora? -


Párrafo Del Amor que Redime en Capitulo 7

CAPITULO 5


* Sobre La Aristocracia Necesaria


Interrumpió el silencio, que las palabras de Zaratustra engendraron en el salón, la ansiedad de uno de los más jóvenes de todos ellos, pues en mayoría los jóvenes superaban a los más viejos.
- ¿Por qué el superhombre no ha llegado todavía? ¿Y porque nos dices que llega la hora? -
- ¿No has visto que todavía gobierna la plebe? - Pregunto con furioso asombro Zaratustra, como si la falta de comprensión le hiriese profundamente. - Pero una sombra de condescendencia hacia la inocencia del muchacho cubrió el entendimiento aturdido de Zaratustra y retomando con no menos energía, le dijo:
- Como ya se ha dicho antes: "Los esforzados de la riqueza, que recogen su ganancia de todos los desperdicios, con ojos fríos, con pensamientos codiciosos, esa chusma cuyo hedor llega al cielo, esa plebe dorada, falsificada, cuyos padres fueron rateros, o pájaros de carroña, o traperos, esa plebe complaciente con las mujeres, lasciva, olvidadiza: los que en efecto se diferencian apenas de una puta, ha invadido todo, ¡plebe arriba, plebe abajo!"[1] -
- Y hoy os diré una frase demasiado dura especialmente para los oídos torpemente delicados: "La plebe devino en gobernante del mundo"
¿Desde cuando? Desde que un hombre pequeño, enloqueció y creyó que la grandeza consistía en que hubieran hombres más pequeños que él. Y convirtiéndose en un perro hortelano [2] encontró una fórmula para su aristocracia, no en su propio crecer sino en impedir el crecimiento de su aldea. Así es como el mismo empequeñeció y debilito a toda su especie. Y aun hoy la tiene sujeta entre sus garras.
Y a su orden se armaron diques para mantener dos marcados niveles de desigualdad y arriba en su interior se socavaron cuevas y madrigueras para cobijar animales peludos resistentes a las oscuras y frías humedades, allí donde la luz desmejora los semblantes lívidos y pone en peligroso alerta a indefensas almitas enemigas de la lucidez. Y estas son las criptas donde evolucionan las arañas, los bichos de luz, donde se domestican vacas y se propaga la enfermedad de toda la tierra.
El superhombre es quien finalmente rompe esos diques, luego que hombres superiores agrietan y provocan fisuras que vacían mucho de su contenido. Es así como esos embalses reducen notablemente la altura de sus aguas. Este descuido estratégico forzado los ha tornado más vulnerables, pero no menos porfiados, pues la fuerza y la persistencia de su Voluntad de Dominio reconstruyó desde escombros y ruinas. A pesar de que ya no pudieron rehacer su obra como antes, se hicieron tal como castores, de nuevos diques pequeños y nuevas madrigueras de barro y leña.
Y a esta primera negligencia se le ha sumado otro error. Pues la Plebe y lo Noble están divididas por un foso surcado por un río profundo que los hombres pequeños construyeron como protección. Y esta misma defensa se constituye finalmente en su inaccesibilidad a entender la nobleza que va por alrededor de esa fosa. Y le es muy difícil comprender en su porfía lo que no están dispuestos a admitir.
Este hoyo de separación se llama "La Gran entrega". Sobre una margen de este río se abren arroyos que descienden a los valles, irrigando profusamente y permitiendo fructíferas praderas, densos bosques y trabajados huertos.
De la otra orilla por el contrario, de este río surgen arroyos que gradualmente se pierden en la avidez de los arenales y la sequedad de tierras improductivas. Lo innoble se distancia de lo noble en su capacidad de producir, en su posibilidad de entregar.

Pero el caso es que, el superhombre no puede ajustarse a los escondrijos y los estrechos recintos de poder en que los hombres pequeños aprendieron a sentirse confortables. Ese menosprecio en él, lo aleja aun de esa plebe dorada y falsificada, de apócrifas aristocracias y lo acerca a esa voluntad de poder que prevalece sobretodo lo mezquino y escaso, que con una voluptuosidad felina, le señala terrados amplios y elevados, donde las brisas veraniegas refrescan su rostro y acarician su naturaleza real.
Su instinto aristocrático lo disuade de allegarse a las pequeñas madrigueras de roedores, tan alejadas del aire renovador de la tierra, y lo mantiene lejos de esos animalillos que aman la humedad de los depósitos inservibles de las burocracias burguesas, de los palacios, de las cortes, de los museos, de los cementerios, y de todos esos oscuros y cloacales claustros, esos huecos estrechos que solo resultan agradables a un masoquista monje medieval. Porque ese espíritu felino no admite lo limitado, solo es esclavo de su propia libertad en lugares amplios y altos, aunque acepte complacido refugio donde el hogar arde generoso.
El superhombre es aquel que ratifica ese ascendente impulso que rechaza a todo ladrón nocturno, esos que aman la oscuridad y el pillaje; aquellos que perfeccionan su habilidad permanente de ocultarse rápidamente en las mismas casas que saquean; aquellos que corren velozmente a conseguir impunidad y refugio en la palabra "nobleza"[3]; aquellos de poderosos y lascivos instintos de supervivencia que encuentran dentro de sus nidos el entorno idóneo para mantener su progenie, porque su resistente genética opone un nuevo antídoto a cada intento de eliminarlas; aquellos débiles en la intemperie, frente al pueblo, pero que dominan sobre las casas desde sus castas; aquellos que como los fariseos, se revisten exteriormente de escamas brillantes y recubiertos engañosamente con pieles suaves de roedores; aquellos que transportan su enfermedad en los intestinos y en sus inmundas excreciones, así sus corrupciones se esparcen y contaminan la tierra.
Son aquellos fervientes creyentes en la Gran Magia, esa que es incompatible y repele al creador. Porque forjar, elaborar, producir, dar forma, crear, para ellos son palabras extranjeras al idioma de su almas nacidas siempre agotadas y verbos excesivos que su invertebrado cuerpo no puede cargar. Sus despreocupadas madres les educaron desde el vientre a resistir su inutilidad construyendo torres de vigilancia. Y así se hicieron muy hábiles en enlazar con sus cuerdas nubes cargadas de muerte para su transito a cualquier solución. "Cortad el hilo por lo más delgado" "A quien te pida, quítale" "Autoridad que no abusa pierde su prestigio" "La única verdad es el engaño" repiten en su catecismo en el que se sustituyó la palabra "vida" por "sobrevivencia".
Tienen a sus dioses por grandes servidores y los mantienen engañados a su servicio con promesas de generosas ofrendas de sangre y fuego. Se esmeraron tanto en convencer a sus rebaños que el sol era su padre, que hasta ellos mismos terminaron creyéndolo. Echados cual perrillos custodios, en sus dormir sueñan que el reino de los cielos les ayudará a conseguir el reino de la tierra.
En ellos los azares y la suerte son las armas de combate que sus dioses bendicen como respuesta a su devoción al inframundo. Porque en ellos, esa voluntad de poder, es un mal tramitado expediente, ejecutado por un alma plebeya cargada de venganzas, que culminará con la consumación de todos lo advenedizos. 
Tal como los monos de los zoológicos, solo saben esperar las viandas, así viven con las manos extendidas hacia lo público, en actitud demandante. Por eso se enojan mucho cuando otros animales extienden también sus manos a lo público, porque temen perder sus raciones y la admiración de las gentes.
A esos Zánganos les encanta los parloteos sobre evolución social, porque como parásitos, como insectos inútiles e inservibles mariposillas de luz nocturna, anhelan que un gran mago los transforme en coloridas mariposas. Pero como corresponde a la naturaleza de todos los insectos que desprecian la luz del sol, mueren en el loco frenesí del juego en las farolas, durante la oscuridad de la noche.
¡Ay¡ que asco me da esa plebe parásita, de azulada sangre cianótica, forzada al vampirismo. ¡Sí! ¡Vampiros! aquellas ratas con alas que  traspasan el umbral de los cementerios para sus vuelos nocturnos y que retornan a dormir invertidos durante la luz hiriente del día. Drácula es la cima evolutiva donde culminan sus aspiraciones más altas.

Esto es la enfermedad que el hombre representa, lo que debe ser superado. Es lo que se bambolea sobre el abismo, pero resiste hundirse en él, más aun cuando está pronto a caer. Para él la aristocracia nunca fue algo a alcanzar, sino algo que debe ser aniquilado. No hay cosa más peligrosa que la plebe disfrazada de nobleza. Es Herodes que resiste la llegada de su rey. Es el ciego guía de ciegos que caerán en el pozo porque no pueden ver los tiempos y las estaciones. Para él, siempre es invierno porque no ha observado todavía la higuera [4]


* Tiempo Del ¡Basta!


Sin embargo, y aun cuando os parezca contradictorio y dificultoso de comprender, también os digo que no pudo haber sobre la tierra nada mejor para mantenerla limpia y despejada hasta hoy, que una caterva de rapiñeros para someter cuerpos muertos. Para que los muertos enterraran a sus muertos, se hizo necesario quien discriminara y separara. Unos silenciosos guardas noctámbulos, custodios celosos de la decadencia del día.


Pero la tierra hoy, clama en ira con el desgarro del hastío, y grita: ¡Basta![5] Ha llegado ya el tiempo que prevalezca la estirpe de los hijos mejores, sobre todo lo mediocre y despreciable. Ya ha concluido la hora de los peores, de los decadentes ¡Consumada es la decrepitud! Ya han acabado su obra y la más elocuente demostración de su habilidad,"Su redundante incompetencia creadora". Y ahora su mayor torpeza y mejor estupidez ha causado la más grande de todas las carcajadas. Una risa santa, la mayor de todas las venganzas, que ha llegado como una ofrenda al alma superior, para rehacer y restaurar una aristocracia olvidada.
Porque solo una Aristocracia puede redimir al mundo. Solo los mejores tienen derechos a gobernar sobre un mundo que hasta hoy es sometido por los peores, los usurpadores, los que mantienen todo con una cuerda de mediocridad y con ella atan los destinos a su visión decadente.
Para que el mundo plebeyo acabe hacen faltan muchos siervos. Y sobre ellos las ansias de venganza exquisita de una aristocracia oculta de la plebe, que encuentre su satisfacción y su desagravio en pagar y compensar por su exilio. [6]

Se necesita en el mundo, hombres que puedan atravesar el puente y la cornisa que conecta al superhombre, una elite de caminantes y creadores, dispuesta al triunfo en tiempos trágicos. Un pequeño grupo pero nutrido de los mejores constructores, de excelsos arquitectos de la ingeniería imposible. Con el designio de edificar y el mandato de cimentar sobre pétreos fundamentos una costosa muralla de piedras preciosas y elevar un cercado hacia el futuro de nuestros hijos. Esclarecidos artífices que con sus manos levanten esos muros, asienten sus contrafuertes y rematen las almenas de ágatas y zafiros. Artesanos que elaboren sus portales de roble con goznes dorados. Una defensa de protección para los mejores, que frene y contenga el aluvión plebeyo.

Se necesita un Moisés que aparte las aguas en dos muros, y que abra paso a una nueva ley, la ley escrita con sangre del espíritu, la ley de los creadores y de los que obedecen porque saben obedecerse.
Alguien con mucho de bailarín equilibrista, que sepa mantenerse sobre un abismo como un águila y que con una felina voluntad de dominio despedace todas las aspiraciones de decadencia. Alguien con la inocencia intacta, con las convicciones no domadas y el exquisito y virginal anhelo que posee un niño.
Alguien que ame tanto la tierra como para persuadirla a que se enlace con todo lo elevado. Y tentar a las alturas para que descienda en un rocío nupcial sobre las espinosas rosas, para finalmente vestir como lirios a los eremitas, peregrinos y caminantes.-
Cuando caminéis vosotros hacia el superhombre, veréis sobre la tierra desierta caminar a quienes son como vosotros, los que repelen el asco renovado, a los despreciadores, a los que ríen, a los que bailan, a los que no espanta el rugido de los leones.


* Enfermedad De La Tierra


Hasta hoy la tierra padece de esta enfermedad, y su gravedad se llama "demasiado tiempo". Los mejores médicos han pronosticado sobre ella una muerte lenta. Una muerte sin redención que llegará inexorablemente. Un diagnóstico predicho por quienes son la enfermedad.
- Tal vez sería mejor preguntarle a ella - me dije un día en que el desconsuelo bramaba sobre nubes oscuras. - porque quien mejor que el propio enfermo para describir los síntomas. Porque nada se pudo haber dicho sin entender los dolores con más precisión. Y el hombre no es el paciente ni el síntoma, sino su enfermedad. -
Y así es como ella La Tierra me susurro entre sueños y despertares. Me preguntó: - ¿No has oído tú que el mayor dolor de una madre no es en su parto, sino cuando el hijo no quiere nacer? [7] -
Le dije: - Me sorprende que la rebeldía cause tanto daño. Pero dime más -
- ¡Oh mis dolores¡, ya llevan tiempo. Hubo una época que esto me traía muy feliz, pero el momento de la parición se retardaba, muchas causas eran las que prorrogaban el instante esperado; pasaba el tiempo y se sumaban más motivos. Lo que todavía no logro comprender es si: ¿El Hijo necesita más desarrollo o sus enemigos entorpecen su manifestación?
Pero te confiaré un último secreto. A fuerza del prolongado período, he podido comprender algo que me llega desde el vientre. He escuchado murmullos y voces, que me permiten deducir que está pronto a nacer. Mucha señales me han visitado que compensan estos sufrimientos que me dominan. Una voz me repitió durante una vigilia: "Este es el parto de los partos" y otra me estremeció cuando me dijo: "El hijo son hijos" Porque el superhombre es quien rompe la matriz y detrás atraviesa un pueblo; porque es el primogénito de un nuevo reino.
Hasta hoy la historia carecía de sentido totalmente, lo que ha sido un gran problema para sus médicos. Pero este heredero es quien le da significado, alcance y sentido final a toda la tierra y su historia. Porque si la tierra no dejase un heredero, no habría dioses capaces de reemplazar lo que se ha perdido [8].
Así que estas manifestaciones han suavizado mis punzadas de parto y han calmado mis ansiedades y tristezas -

Hay una suprema voluntad que mueve al hombre y su historia. Esta no se conoce en fortaleza, sino que será en debilidad, cuando esa voluntad este exhausta. Solo de lo débil puede surgir la fuerza, y sostener férreas voluntades. Cuando el hombre ha descendido a lo más profundo de su abismo, ese hombre al que yo llamo "el protegido", allí en esa profundidad, cuando todo lo perdido todavía flota a merced de las turbulencias creadas para abismar todo lo que queda, ese valor guarecido en un arca se convierte en ese último recurso y esa postrera estrategia; lo que ha sido depositado y resguardado en ese arca, esa voluntad de poder preservada del quebranto, emerge como el acto final de un creador desde las aguas, y también su primer acto. Ese fin y principio, es el alfa y omega que da sentido a la creación que ha surgido y por la que siempre se ha esperado. Ese gran final es su comienzo, así como un parto el final de una larga gestación cobijada en una matriz, la conclusión de ese crecimiento resguardado en el seno de la mujer, es el principio de toda existencia.


* El Amor Por La Mujer  Y La Eternidad


- ¿Háblanos de las mujeres, de quienes no podemos evitar su dominio? - preguntó el anciano a quien llamaban "Picardía", porque se decía que había vencido a un viejo diablo.

- La mujer celosa de la eternidad, porque no puede competir con ella, se asocia a todo lo que usa pollera para protegerse de tal rival. Un cuerpo mancomunado en una sola voluntad matriarcal: "Desvanecer de la vista del hombre toda referencia de esa imagen seductora que la eternidad ejerce por naturaleza superior". Así es como al hombre le parece creer que únicamente su amor puede tener por objetivo final la mujer. Enredando con las redes de las tablas de valores absolutos la mujer hace prevalecer su visión e impone el "matrimonio" o sea una "atadura exclusiva con una madre". Así se interpone entre el hombre y su relación con todo lo sagrado, mensurando lo superior con una moralidad destructora de toda esa voluptuosidad y despojando así toda posibilidad de eternidad. Así el hombre, resigna su virilidad ante la tela de araña que ella ya se ha tejido con las cruces de la iglesia.
- "Por eso hoy, el amor por la mujer es un aposento donde se reúnen todos los desafíos del hombre y se embriagan todas sus respuestas"
Por eso escuchadme, os lo diré a vosotros que habéis salido de la matriz para interpelar la vida misma. "Vuestros desafíos y vuestras respuestas os serán dados cuando la matriz se cierre tras vosotros" Entonces vuestras respuestas serán los nuevos retos. La eternidad comenzará a danzar su amor a vuestro rededor. Y vosotros iniciareis a entender que la eternidad, nos seduce con el ardor de una hermosa mujer, pero en su conquista es el mas imperturbable de los hombres"
¿Es masculina o femenina? Os preguntaréis sin respuesta, pero ¿que importancia tiene que la felicidad llegue macho o hembra?
¿Me ama? ó ¿yo la amo? ¡Que importa! porque yo la quiero y la necesito, y es ella la que atiende a mi necesidad. Este querer tan femenino, y ese acudir tan masculino.
 Y si ese amor pudiera preñarnos ¿Qué importancia tendría el sexo del vientre que pudiera dar a luz al superhombre? -
Y hoy el hombre comete el error de considerar la mujer como a un compañero, como un igual. Yo os digo que debéis ver a vuestra mujer como a un diferente, porque el hombre difiere en que es un dador  y ella una receptora. Un portador de simiente sagrada, que debe entregar y engendrar una redención en el seno femenino. Una tarea de la que no puede renunciar ni ser relevado, así como el padre para con sus hijos, debéis ser redentores de todo lo femenino. Ella así lo necesita y por eso en sus demandas carga implícitamente con esta exigencia.
Si no lo hicieras quedaría invalidado todo el pacto humano, la creación misma quedaría inconclusa, porque el superhombre es el sentido de la tierra. Y la tierra merece ya al superhombre.
Que vuestro amor por la mujer, sea el de quien debe vaciar una fecunda plenitud, para llenar siglos vacíos y estériles. Un entregarse después de volver desde el seno más materno de todos los vientres, el de la eternidad. Un volver a nacer para poder dominar lo eterno. Una ofrenda, una expiación para restaurar amores salvadores. Redimid y convertid todo femenino, en vuestra madre, hermana, esposa  e hija. Hasta vuestra alma debe avenirse a este femenino. Sed llenos con vuestra mejor esperma. Porque ese Dios sediento y resistente de vuestras horas más oscuras, os preñara con el más sorprendente y poderoso fruto, de vuestra propia sangre ofrendada. Sed llenos con lo mejor de vuestra propia fuerza. Y hombres superiores… daréis a luz al superhombre.
Esto también dijo Zaratustra



[1]    El mendigo voluntario -Así hablaba Zaratustra
[2]  13 Mas ¡ay de vosotros, escribas y Fariseos, hipócritas! porque cerráis el reino de los cielos delante de los hombres; que ni vosotros entráis, ni á los que están entrando dejáis entrar. - Mateo 23. Lucas 11:52
[3]    Por eso, oh hermanos míos, se necesita una nueva nobleza que sea el antagonista de toda plebe y de todo despotismo y escriba de nuevo en tablas nuevas la palabra «noble». - De tablas viejas y nuevas -Así hablaba Zaratustra
[4]    32 De la higuera aprended la parábola: Cuando ya su rama se enternece, y las hojas brotan, sabéis que el verano está cerca. 33 Así también vosotros, cuando viereis todas estas cosas, sabed que está cercano, á las puertas. -Mateo 24
[5]      "Clownes en la Argentina, gobernarán hasta el ¡Basta!" -  Profecía de Benjamín S. Parravicini
[6]     La Odisea - Homero. Hamlet - Shakespeare.
[7]     6 Porque Efraín no es un hijo sabio 7 Y aun cuando le vengan dolores de parto, se detiene al punto de nacer. - Oseas 13
[8]   6 El preparará, para que el corazón de los padres se vuelva a sus hijos, y el corazón de sus hijos mire a sus padres: porque de no ser así, la maldición que está sobre la tierra la destruiría. - Malaquias 4



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